Publicado por:Laura Cullen
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martes, 20 de marzo de 2012
Acabo de encontrar este vídeo en versión en original de una entrevista que Today le hizo a Kristen Stewart en la que le preguntaron sobre distintos asuntos de Amanecer - Parte 1. Además de esto, también habló de su trabajo en Blancanieves y la Leyenda del Cazador (Snow White and the Huntsman) (min. 10:30), y en On The Road (min. 11:15). Lamento no haber conseguido la traducción completa, pero a continuación podéis leer un fragmento en el que menciona los dos últimos puntos que os he explicado. Sin nada más que decir al respecto, aquí os dejo el vídeo para que lo disfrutéis.
Sobre su trabajo en Blancanieves y la Leyenda del Cazador (Snow White and the Huntsman):
...debido al proceso acelerado, como que me he involucrado mucho más de lo que típicamente se le permite a una actriz.
Sobre su trabajo en On The Road:
No puedo creer que obtuviese un papel. Quiero decir, ella es el polo opuesto a mí, especialmente en cómo me percibe la gente. No podría ser más diferente.
E: No. Intentar que todo el mundo sea feliz. Ya has sacrificado bastante.
B: Te equivocas. No ha sido una elección entre tú y Jacob, sino entre quién debería ser y quién soy.
Siempre me he sentido fuera de lugar, como si fuera tropezando constantemente. Nunca me he sentido normal, porque no soy normal, ni quiero serlo.
He tenido que enfrentarme a la muerte, a la pérdida y al dolor en tu mundo, pero también me he sentido más fuerte... No sé, más real, más yo misma, porque también es mi mundo, al que pertenezco.
Morir en lugar de alguien a quien se ama (Crepúsculo)
Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir... Pero morir en lugar de alguien a quien se ama me parece una buena forma de acabar.
Bella
Segura de tres cosas (Crepúsculo)
Estaba totalmente segura de tres cosas. Primera, Edward era un vampiro. Segunda, una parte de él, y no sabía lo potente que podía ser esa parte, tenía sed de mi sangre. Y tercera, estaba incondicional e irrevocablemente enamorada de él.
El león se enamoró de la oveja (Crepúsculo)
-Isabella -pronunció mi nombre completo con cuidado al tiempo que me despeinaba el pelo con la mano libre; un estremecimiento recorrió mi cuerpo ante ese roce fortuito-. No podría vivir en paz conmigo mismo si te causara daño alguno -fijó su mirada en el suelo, nuevamente avergonzado-. La idea de verte inmóvil, pálida, helada... No volver a ver cómo te ruborizas, no ver jamás esa chispa de intuición en los ojos cuando sospechas de mis intenciones... Sería insoportable -clavó sus hermosos y torturados ojos en los míos-. Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca. La cabeza empezó a darme vueltas ante el rápido giro que había dado nuestra conversación. Desde el alegre te,a de mi inminente muerte de repente nos estábamos declarando. Aguardó, y supe que sus ojos no se apartaban de mí a pesar de fijar los míos en nuestras manos. Al final, dije: -Ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que, burdamente traducido, significa que preferiría morir antes que alejarse de ti -hice una mueca-. Soy idiota. -Eres idiota -aceptó con una risa. Nuestras miradas se encontraron y también me reí. Nos reímos juntos de lo absurdo y estúpido de la situación. -Y de ese modo el león se enamoró de la oveja... -murmuró. Desvié la vista para ocultar mis ojos mientras me estremecía al oírle pronunciar la palabra. -¡Qué oveja tan estúpida! -musité. -¡Qué león tan morboso y masoquista!
Algo que quería intentar (Crepúsculo)
Edward sonrió. -No. He pensado que había algo que quería intentar. Y volvió a tomar mi cabeza entre sus manos. No pude respirar. Vaciló... No de la forma habitual, no de una forma humana, no de la manera en que un hombre podría vacilar antes de besar a una mujer para calibrar su reacción e intuir cómo le recibiría. Tal vez vacilaría para prolongar el momento, ese momento ideal previo, muchas veces mejor que el beso mismo. Edward se detuvo vacilante para probarse a sí mismo y ver si era seguro, para cerciorarse de que aún mantenía bajo control su necesidad. Entonces sus fríos labios de mármol presionaron muy suavemente los míos. Para lo que ninguno de los dos estaba preparado era para mi respuesta. La sangre me hervía bajo la piel quemándome los labios. Mi respiración se convirtió en un violento jadeo. Aferré su pelo con los dedos, atrayéndolo hacia mí, con los labios entreabiertos para respirar su aliento embriagador. Inmediatamente, sentí que sus labios se convertían en piedra. Sus manos gentilmente pero con fuerza, apartaron mi cara. Abrí los ojos y vi su expresión vigilante. -¡Huy! -musité. -Eso es quedarse corto.
Si pudiera soñar (Crepúsculo)
-¿Alguna otra cosa? -exigí saber. Supuso lo que yo quería descubrir y admitió: -Pronunciaste mi nombre. Frustrada, suspiré. -¿Mucho? -Exactamente, ¿cuántas veces entiendes por "mucho"? -Oh, no. Bajé la cabeza, pero él la atrajo contra su pecho con suave naturalidad. -No te acomplejes -me susurró al oído-. Si pudiera soñar, sería contigo. Y no me avergonzaría de ello.
Saca los grilletes (Crepúsculo)
-Mañana va a ser más duro -prosiguió-. He tenido tu aroma en la cabeza todo el día y me he insensibilizado de forma increíble. Si me alejo de ti por cualquier lapso de tiempo, tendré que comenzar de nuevo. Aunque no desde cero, creo. -Entonces, no te vayas -le respondí, incapaz de esconder mi anhelo. -Eso me satisface -replicó mientras su rostro se relajaba al esbozar una sonrisa amable-. Saca los grilletes... Soy tu prisionero.
Te quiero (Crepúsculo)
-Has dormido profundamente, no me he perdido nada -sus ojos centellearon-. Empezaste a hablaren sueños muy pronto. Gemí. -¿Qué oíste? Los ojos dorados se suavizaron. -Dijiste que me querías. -Eso ya lo sabías -le recordé, hundí mi cabeza en su hombro. -Da lo mismo, es agradable oírlo. Oculté la cara contra su hombro. -Te quiero -susurré. -Ahora tú eres mi vida -se limitó a contestar.
Para siempre (Crepúsculo)
-¿Estarás? -pregunté, repentinamente ansiosa-. ¿De veras vas a estar aquí? -Tanto tiempo como tú me quieras -me aseguró. -Te querré siempre -le avisé-. Para siempre.
Creo que me olvidé de respirar (Crepúsculo)
-¿Debo explicarte por qué me resultas apetecible? Era claramente una pregunta retórica. Sus dedos descendieron lentamente por mi espalda y su aliento rozó con más fuerza mi piel. Mis manos descansaban flácidas sobre su pecho y otra vez me sentí aturdida. Inclinó la cabeza lentamente y por segunda vez sus fríos labios tocaron los míos con mucho cuidado, separándolos levemente. Entonces sufrí un colapso. -¿Bella? -dijo alarmado mientras me recogía y me alzaba en vilo. -Has hecho que me desmaye... -le acusé en mi aturdimiento. -¿Qué voy a hacer contigo? -gimió con desesperación-. Ayer te beso, ¡y me atacas! ¡Y hoy te desmayas! Me reí débilmente, dejando que sus brazos me sostuvieran mientras la cabeza seguía dándome vueltas. -Eso te pasa por ser bueno en todo. Suspiró. -Ese es el problema -yo aún seguía grogui-. Eres demasiado bueno. Muy, muy bueno. -¿Estás mareada? -preguntó. Me había visto así con anterioridad. -No... No fue la misma clase de desfallecimiento de siempre. No sé qué ha sucedido -agité la cabeza con gesto de disculpa-. Creo que me olvidé de respirar. -No te puedo llevar de esta guisa a ningún sitio. -Estoy bien -insistí-. Tu familia va a pensar que estoy loca de todos modos, así que... ¿Cuál es la diferencia?
Como si nunca hubiese existido (Luna Nueva)
Será como si nunca hubiese existido.
Edward
Era una luna perdida (Luna Nueva)
Yo era una luna perdida. Una luna cuyo planeta había resultado destruido, que, sin embargo, había ignorado las leyes de la gravedad para seguir orbitando alrededor del espacio vacío que había quedado tras el desastre.
Bella
Cuida de mi corazón... (Eclipse)
Volveré tan pronto que no tendrás tiempo de echarme de menos. Cuida de mi corazón... Lo he dejado contigo.
Edward
La única forma de poder protegerte (Eclipse)
La única forma de poder protegerte es estando contigo.
Edward
Le amo (Eclipse)
Le amo. ¡Y no porque sea guapo o rico! Preferiría que no fuera ni lo uno ni lo otro. Incluso te diría que eso podría ser un motivo para abrir una brecha entre nosotros, pero no es así, porque siempre es la persona más encantadora, generosa, brillante y decente que me he encontrado jamás. Claro que le amo. ¿Por qué te resulta tan difícil de entender?
Bella
Sabes que te deseo (Eclipse)
Edward: Sabes por qué tengo que decirte que no, y también sabes que te deseo.
Bella: ¿Seguro?
E: Pues claro que sí, niña guapa, tonta e hipersensible.
¿Quieres casarte conmigo? (Eclipse)
Isabella Swan. Prometo amarte para siempre, todos los días de mi vida. ¿Quieres casarte conmigo?
Edward
Luchar contra un eclipse (Eclipse)
Soy capaz de manejar las sombras, pero no de luchar contra un eclipse.
Jacob
No parece que seas capaz de resistirte. (Amanecer)
Me resistí un poco a su tirón, alzándome sobre los dedos de los pies para besarle una vez más. Ella volvió a tirarme del brazo con ademán impaciente, arrastrándome lejos de él. Se oyeron unas cuantas risitas entre los invitados atentos a la escena.
Ella parecía enfadada.
- Lo siento, Alice -me disculpé.
-Tú no tienes la culpa, Bella -suspiró-. No parece que seas capaz de resistirte.
Si no fuese él (Amanecer)
Si no fuese él quién estuviera ahí fuera, si no fuese consciente hasta la última célula de mi cuerpo de que me amaba tanto como yo a él, de forma incondicional e irrevocable y, siendo sincera, incluso de modo irracional, no sería capaz de levantarme del suelo.
Bella
Somos como una sola persona (Amanecer)
-No tengas miedo -le susurré-. Somos como una sola persona.
De pronto me abrumó la realidad de mis palabras. Ese momento era tan perfecto, tan auténtico. No dejaba lugar a dudas.
Me rodeó con los brazos, me estrechó contra él y hasta la última de mis terminaciones nerviosas cobró vida propia.
-Para siempre -concluyó él y después nos sumergimos suavemente en el agua profunda.
Fue más. Lo fue todo. (Amanecer)
Edward: También hablé con mis hermanos. Me dijeron que se sentía un gran placer que sólo va por detrás de beber sangre humana. Pero yo he probado tu sangre, y no puede haber sangre alguna que sea más fuerte que esto... No creo que se equivoquen, la verdad, sino que simplemente es diferente para nosotros. Algo más.
Bella: Fue más. Lo fue todo.
Nunca jamás he sido más feliz en toda mi vida (Amanecer)
Escúchame de una vez, Edward Cullen. No estoy simulando nada por tu bien, ¿vale? Ni siquiera sabía que tendría que buscar alguna razón para hacer que te sintieras mejor hasta que empezaste a ponerte en este plan. Nunca jamás he sido más feliz en toda mi vida y ni siquiera fui más feliz cuando decidiste que me amabas más de lo que deseabas matarme, o aquella mañana cuando me desperté y tú estabas allí, esperándome, o cuando dijiste "Sí quiero" y en ese momento me di cuenta de que te tendría para siempre. Ésos son los recuerdos más felices que tengo, pero éste es mejor que todos ellos. Así que acostúmbrate a la idea.
Bella
Como si mi corazón hubiera crecido (Amanecer)
Resultaba divertido ver lo decisiva y enteramente necesaria que se había vuelto esta visión. Ese primer toque ligero había cambiado todo mi mundo. Donde antes sólo había habido una cosa sin la que no podía vivir, ahora había dos. No era como si me hubiera dividido entre los dos, no era que hubiera repartido mi amor. Era más como si mi corazón hubiera crecido, se hubiera hinchado al doble de su tamaño, y hubiera llenado ya todo ese espacio extra. Un cambio vertiginoso.
Bella
Te adora por encima de todo (Amanecer)
-¿Qué...? - preguntó Bella, con un rostro tan resplandeciente que se veía desde lejos-. ¿Qué piensa ahora?
Él no contestó en un primer momento, pero luego, dejándonos anonadados a todos, apoyó tiernamente la oreja sobre el vientre de Bella.
- Te quiere -susurró Edward, que parecía encandilado-. Te adora por encima de todo.
Imprimación de Jacob (Amanecer)
Nunca había sentido la atracción con tanta fuerza, hasta el punto que me recordó al efecto de una orden impartida por el Alfa, como si fuera a aplastarme si no obedecía el mandato.
En esta ocasión quería hacerlo.
La asesina miró por encima del hombro de Rosalie y clavó en mi
la vista. No había conocido a ningún recién nacido concentrar la mirada de esa forma.
Tenía los ojos castaños, del color del chocolate con leche. Eran iguales a los de Bella.
De pronto, se calmaron los temblores que sacudían mi cuerpo. Me inundó una nueva oleada de calor, más intenso que el de antes, pero era una nueva clase de fuego, uno que no quemaba.
Un destello.
Todo se vino al traste en mi interior cuando contemplé fijamente al bebé semihumano y semivampiro con rostro de porcelana. Vi cortadas de un único y veloz tajo todas las cuerdas que me ataban a mi existencia, y con la misma facilidad que si fueran los cordeles de un manojo de globos. Todo lo que me había hecho ser como era -mi amor por la chica muerta escaleras arriba, mi amor por mi padre, mi lealtad hacia mi nueva manada, el amor hacia mis hermanos, el odio hacia mis enemigos, mi casa, mi vida, mi cuerpo, desconectado en ese instante de mí mismo-, clac, clac, clac... se cortó y salió volando hacia el espacio.
Pero yo no flotaba a la deriva. Un nuevo cordel me ataba a mi posición.
Y no uno solo, sino un millón, y no eran cordeles, sino cables de acero. Sí, un millón de cables de acero me fijaban al mismísimo centro del universo.
Y podía ver perfectamente cómo el mundo entero giraba en torno a ese punto. Hasta el momento, nunca jamás había visto la simetría del cosmos, pero ahora me parecía evidente.
La gravedad de la Tierra ya no me ataba al suelo que pisaba.
Lo que ahora hacía que tuviera los pies en el suelo era la niñita que estaba en brazos de la vampira rubia.
Renesmee.
Jacob
Absolutamente perfecto (Amanecer)
Aquel rostro diminuto era tan absolutamente perfecto que me dejó aturdida. Era incluso más hermoso que su padre. Algo increíble, imposible.
Bella
Edward debía existir (Amanecer)
Edward, Edward, su vida y la mía estaban ahora retorcidas la una en torno a la otra hasta formar un único hilo. Si uno se cortaba, quedarían cortados los dos. Si él se marchaba, yo no podría sobrevivir. Si la que me iba era yo, él tampoco podría con ello. Y un mundo sin Edward parecía algo absolutamente sin sentido. Edward debía existir.
Él se había quedado conmigo a pesar de todo (Amanecer)
Jacob, aquel que siempre me decía adiós, una y otra vez, pero que seguía acudiendo cuando le necesitaba. Jacob, a quien había herido tantas veces que debería juzgárseme por criminal. ¿Es que iba a considerar siquiera el hacerle daño de nuevo, de la peor manera posible? Él se había quedado conmigo a pesar de todo. Y lo único que me había pedido es que yo hiciera lo mismo.
Bella
Latió sólo una vez más (Amanecer)
Se inició una batalla en mi interior: mi corazón que se aceleraba contra el fuego que lo atacaba y ambos iban perdiendo. El fuego fue domado, habiendo consumido ya todo lo que era combustible y mi corazón galopaba hacia su último latido.
El fuego se encogió, concentrándose en aquel órgano que era lo último humano que quedaba en mí, con una oleada final insoportable. Esa llamarada fue contestada por un profundo golpe sordo, que sonó como a hueco. Mi corazón tartamudeó un par de veces y después latió sólo una vez más.
Y ya no hubo ningún otro sonido. Ni una respiración, ni siquiera la mía.
Durante un momento, lo único que pude comprender fue la ausencia de dolor.
Y entonces abrí los ojos y miré maravillada hacia arriba.
Bella
Jamás me había besado así (Amanecer)
Clavé mis ojos en los suyos y escuché mi voz por primera vez.
-Te amo -le dije, pero sonó como si lo hubiera cantado. Mi voz repicaba y resplandecía como la de una campana.
Su sonrisa en respuesta me encandiló mucho más que cuando era humana, porque ahora podía verle de verdad.
-Como yo a ti -contestó él.
Tomó mi rostro entre las manos e inclinó el suyo hacia el mío, con la lentitud suficiente para recordarme que debía tener cuidado. Me besó, con la suavidad de un suspiro al principio y después con una fuerza repentina, con fiereza. Intenté recordar que debía ser cuidadosa con él pero era un trabajo muy duro hacer memoria de nada bajo el asalto de la sensación, muy difícil mantener ningún tipo de pensamiento coherente.
Era como si no me hubiera besado nunca antes, como si fuera nuestro primer beso. Y la verdad era que jamás me había besado así.
Había encontrado mi verdadero lugar en el mundo (Amanecer)
Me di cuenta en ese momento de que hacía mucho tiempo que me había resignado a no brillar jamás en nada. Hacía lo mejor que podía con lo que tenía, pero sin terminar nunca de encajar del todo en mi propio mundo.
Sin embargo, esto era completamente distinto. Me había vuelto algo sorprendente, tanto para ellos como para mí misma. Era como si hubiera nacido para ser vampiro. Esa idea me hizo querer echarme a reír, pero también me entraron ganas de cantar.. Había encontrado mi verdadero lugar en el mundo, el lugar en el que por fin encajaba, el lugar donde podía brillar.
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