Este blog está dedicado a todos los fans de la saga Crepúsculo y,
como no, al maravilloso mundo que un día creó Stephenie Meyer.

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Robert habla sobre Cosmopolis con CineRepublic

Robert Pattinson habló sobre Cosmopolis, su última película, con CineRepublic y dio su opinión sobre ella.



¿Ya estabas familiarizado con la novela de Don DeLillo?
No. Pero había leído algunos de sus otros libros. Primero leí el guión que me mandó David Cronenberg y después leí la novela. El guión es tan leal al libro que parece casi increíble, especialmente considerado que Cosmopolis due considerada imposible de adaptar. Aún antes de leer el trabajo de DeLillo, estaba impresionado por el ritmo del guión que era agitado y con una incesante tensión.

¿Qué fue lo que atrajo tu atención de la película?
Cronenberg, ¡sin duda! Rodé algunas películas y no podía imaginar cómo sería trabajar con él. No me ha decepcionado... Yo sabía que iba a jugar con su creatividad y que esta experiencia podría haber marcado. Me dejaba la misma sensación que cuando se está fascinado por un poema extenso, un poema muy misterioso. Normalmente, cuando lees un guión, entiendes rápidamente de qué se trata, a dónde te llevará y cómo terminará, aunque hay giros inesperados y soluciones sofisticadas que direccionan el curso de la historia. Con el guión de Cosmopolis, sin embargo, fue totalmente diferente: cuánto más leía menos podía entender cómo podría ir evolucionando y me impulsó a pensar en querer ser parte de esa película.

La primera vez que leíste el guión que hemos visto en el persoanje, ¿te imaginaste cómo sería?
No, en absoluto. La primera vez que hablé con Davis le expliqué que sentía que no podía interpretar nada y él me aseguró que eso era una buena señal. Desde entonces, he hecho muchas preguntas y dejé que el texto evolucionara de una manera progresiva y orgánica, en la transformación de las opciones visuales que forman parte de la película. Fue un proceso vivo, aunque durante la primera semana del rodaje aún estábamos preguntándonos qué vía tomaría él una vez que todo hubiese finalizado. Cada cosa fue muy encantadora, fue como si la película fuese modelada paso a paso.

Ahora que está lista, ¿la película es muy diferente del guión o, lo contrario, se ha mantenido a lo que era en el papel?
Difícil de decir, la película se mueve en distintos niveles. La he visto dos veces hasta el momento. La primera vez me sorprendió por su lado grotesco: sabía lo que estábamos viendo en la pantalla, pero el tono fue alienante. La segunda vez, sin enbargo, ha sumido su peso. Ha habido dos proyecciones privadas para probar la recepción del público, cuyas reacciones fueron variadas y de amplio alcance, desde sonrisas hasta tensión. A pesar de su complejidad, me sorprendió en cómo Cosmopolis era capaz de causar un amplio abanico de emociones.

En tu opinión, ¿quién es Eric Packer?
Para mí, Eric se siente como una persona que pertenece a otro mundo, viviendo como si hubiese nacido en otro planeta y luego trata de descubrir cómo realmente debería vivir. Muy simple, Packer no entiende cómo funciona el mundo ni por qué.

Sin embargo, él tenía conocimiento del mundo donde vive y ser capaz de crear una fortuna.
Sí, pero en una forma muy abstracta. Las actividades bancarias, de intermediación y especulativas, se desconectan. Si él maneja las cosas bien no es porque es un especialista en la industria. En todo caso, tiene un instinto muy raro, algo muy misterioso y profundo, él puede tratar los algoritmos como si fueran conjuros. En la película, como en el libro, puedes ver que su enfoque a la data financiera tiende a mostrarlo nuevamente en el futuro, ya que ellos no saben cómo vivir el presente. Tal vez, de alguna manera, maneja el mecanismo para capturar el mundo a su alrededor pero sólo en una forma particular y oscura.

¿Has discutido esto con David Cronenberg?
Un poco, sí. Pero a él le gustaba cuando yo estaba buscanco respuestas a cosas inexplicables. En particular, apreciaba como yo comenzaba a rezar sin realmente saber qué estaba haciendo y, tan pronto como él se dió cuenta de que yo estaba dando a luz a las secuencias por causa y efecto, me congelé. Fue una muy extraña forma de dirigir, basado enteramente en sentimientos en lugar de ideas.

¿Cómo te preparaste para este papel?
A David no le gustan la pruebas. Nosotros nos hablamos mucho acercan de la película antes de comenzar a rodar. Durante su producción, sólo conocí a los otros actores en el set y allí descubrí literalmente cómo aparecería en la limusina de Eric Packer. Y fue muy agradable. Desde el comienzo de la filmación, fue como si hubiese vivido a través de la película y la máquina: yo estaba siempre allí, se había convertido en mi hogar y mi espacio me dio la bienvenida a todos los otros actores, venían a visitarme mientras yo permanecía sentado en una especie de trono. Sintiendo todo un ambiente aterciopelado lo suficientemente cómodo y todos los demás tuvieron practicamente que adaptarse a lo que era mi mundo.

¿Tenías indicaciones en la apariencia del personaje, o de vestimentas?
Sí, lo importante fue que Packer tenía una apariencia neutral. Luego, tratamos de evitar las características más evidentes y los estereotipos de las personas de negocio. La única discusión fue sólo en la elección de lentes de sol para llevar al principio, traté un par que eran anónimos y que no dijeran nada del personaje.

¿Hizo mucha diferencia rodar las escenas en el mismo orden cronológico del guión?
Pienso que fue muy importante, crea un efecto acumulativo que da forma a la película entera. Al comenzar a rodar, nadie sabe cuál erá el tono final... Bueno, quizás sólo David pero él nunca lo sugirió. Para el equipo, la identidad de la película se construye en cómo Packer revela algo más acerca de él. También, me permite en función de captar la esencia completa de Packer cuando su vida está gradualmente cayéndose a pedazos.

Una de las peculiaridades de tu papel es que, uno tras otro, se encuentra teniendo que conocer e interactuar con diferentes actores. ¿Cómo se siente eso?
Cuando acepté hacer la película, el único actor que estaba comprometido era Paul Giamatti, siempre lo he considerado gracioso. Luego, era mágico y aterrador ver a Juliette Binoche, Samantha Morton y Mathieu Amalric transformados en sus personajes. Cada uno de ellos trajo un tono diferente a escena y no fue fácil estar tan poco tiempo como David les solicitó. Ellos tuvieron que transformar su actuación y ser guiados por el contexto. Yo estaba muy dentro del mundo de Cosmopolis, pero ellos estaban acostumbrados a esta realidad y a sincronizarla con sus ritmos. Mientras estábamos filmando, Juliette Binoche estaba también muy envuelta en el proceso creativo, sugiriendo diferentes hipótesis de actuación que a continuación ponía en su lugar.

Esto significa que hay varios estilos de actuación, ¿dictados principalmente por las diferentes nacionalidades de los actores? ¿O todos los actores han cumplido con las disposiciones de Cronenberg?
Hay distintos sentimientos y creo que David no deseaba saber nada más. Paradójicamente, esta diversidad está subrayada por todas las celebridades quienes son supuestamente de América, esxceptuando Mathieu Amalric. Dicha diversidad está conectada a la ciudad de Nueva York, donde todo el mundo parece venir de diferentes lugares y donde la lengua materna de muchas personas no es el inglés. Por supuesto, la película no pretende recrear los efectos de un realismo: se lleva a cabo en Nueva York, pero nunca insiste en una localización en particular. Teniendo actores con diferentes orígenes eso refleja lo que la ciudad aporta, en todo caso, para dar la rareza y abstracción de Cosmopolis.

Para tu parte, ¿tuviste en mente algún modelo o actor para tu inspiración?
Al contrario. De hecho, traté de evitar cualquier referencia posible. No quise que la audiencia al frente de Cosmopolis esté recordando otras películas centradas en Wall Street, el mundo financiero y los banqueros ricos. Tuve que encontrar mi propio enfoque en lugar de confiar en actitudes y actuar con un efecto visto.

¿Cronenberg tuvo una petición especial mientras trabajabas con él?
Insitió en que pronunciara cada palabra del guión al pie de la letra, el diálogo sería el que ya estaba escrito. No toleraría ningun cambio. El libreto está basado ampliamente en el ritmo y tuve que ser cauteloso con las palabras. Pero el enfoque de David fue muy positivo, se aseguró de unos pocos, y esto parecía algo aterrador. Paul Giamatti recién llegado al plató tuvo que recitar un monólogo en una respiración, y David fue capaz de rodarlo sin ninguna interrupción. Me fascinaron tanto la interpretación de Paul como la prontitud y seguridad de David.

¿Has disfrutado trabajando de esta manera y estrictamente apegado a los diálogos escritos?
Es algo que aún no sé y fue una de las razones principales por las que acepté hacer Cosmopolis. Jamás hice algo como esto, normalmente los guiones marcan la escena a seguir, y cada actor da su contribución, hilando el personaje en sí mismo. En mis películas anteriores, los diálogos eran flexibles. Esta vez, sin embargo, fue como actuar en el teatro: cuando intepretas a Shakespeare en el escenario, no puedes cambiar el guión.

De alguna manera, la limusina es un poco como un escenario.
Por supuesto. Y, dado que este marco se presta para diferentes tipos de escenas, debes estar siempre listo paara cambiar el registro. Después de muchos años de mis primeras interpretaciones, me hallé teniendo que aprender todos los chistes. Vives en constante tensión, debes tener cuidado pero simpre se sabe que obtendrás un mejor resultado. INcluso si estuviese forzado a vivir como un recluso durante el rodaje - me sé el papel a la perfección, estudiando docenas de paginas al día y poniendo todo en el objetivo - valió la pena: me dejó una buena sensación.

¿Cuál fue la mayor dificultad mientras filmabas?
La cosa más perturbadora fue interpretar un personaje que no pasa a través de una evolución clara y no sigue una trayectoria predecible. De hecho, Packer cambió, ha evolucionado desde el infierno, pero no es como lo que el público está acostumbrado a ver. David ha mantenido todo bajo control. NUnca había trabajado con un director que, teniendo cuidado con cada aspecto de la película, se considere también responsable por todo, por cada pequeño paso. Al principio, lo encontré preocupante, pero luego, poco a poco, gané confianza en sus métodos y me dejé llevar.

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